Publicado en El Nacional el 12 de junio
Rosa Virginia Ocaña / Un poco más subversivos
Quería agradecer a Caracas a pie por la invitación, creo que es una actividad muy interesante y representativa de lo que está ocurriendo en nuestras ciudades, porque lo que está pasando aquí no ocurre sólo en Caracas, ocurre también en otras ciudades de Venezuela. Cantidad de personas que quieren andar en bicicletas y no se atreven, o si se atreven lo hacen en grupo porque no es fácil andar sólo en bicicleta en medio de ciudades donde el vehículo particular tiene un lugar preponderante. No por derecho sino por hecho, así, simplemente hemos dejado que sean nuestras ciudades.
Quería llamar la atención sobre lo qué dice la teoría de la bicicleta: está catalogada como un modo de transporte no motorizado, en contraposición a los que tienen motor, los que se mueven con distintas energías.
¿Cuándo aparece la bicicleta como modo de transporte y por qué? Al revisar la aparición de la bicicleta y el vehículo, me preguntaba por qué si la bicicleta apareció antes que el automóvil tiene una importancia menor. Allí vemos la importancia del tamaño de las ciudades, si hablamos de ciudades inmensas, Ciudad de México, digamos, que a pesar de ser una ciudad plana es un poco difícil desplazarse en bicicleta porque en medio de ese desarrollo que ha habido de la ciudad …y esa forma de desarrollo de la ciudad con actividades totalmente separadas (vivimos en un lugar y trabajamos en otro que queda muy lejos porque las residencias no pueden tener ningún tipo de contacto con ningún tipo de actividad comercial, industrial, o de oficinas).
Bajo esos criterios han crecido nuestras ciudades, con usos segregados. ¿Por qué? Porque ha sido el modelo que se ha promocionado y hemos seguido. ¿Cuál es el ideal? La ciudad americana donde hay un grandísimo centro comercial fuera de la ciudad, las ciudades tienen que ser sólo para residencias, hay algunos comercios, pero los grandes comercios están muy lejos, la actividad industrial está muy lejos al igual que las oficinas. Usos segregados y grandes distancias a recorrer y cuando tenemos eso, a menos que seamos personas con una salud excelente, casi que atletas de alta competencia, es que podemos andar en bicicleta.
Fíjense que esa historia de la bicicleta y el lugar de la bicicleta dentro de las ciudades está muy unida a cómo las ciudades se han desarrollado, de que manera. Dicho esto, actualmente se habla de la bicicleta como un sistema alternativo. ¿Alternativo a qué?, pregunto. Al carro, al metro, al andar a pie. Dentro de las clasificaciones tenemos que la bicicleta y andar a pie son modos de transporte alternativos. Alternativos porque no vamos en vehículos motorizados. Porque no se utiliza una energía que dañe el medio ambiente.
En medio de este maremágnum en el que estamos en este momento en lo que todo tiene que ser sustentable porque el planeta está sufriendo y hay que guardar un poco lo que nos queda para las próximas generaciones , se está hablando de modos alternativos de transporte que sean sustentables.
Hay un tema sobre el cual ya se ha hablado en las tertulias anteriores y es si la bicicleta necesita o no necesita un espacio. Digamos que los planificadores dicen que sí se necesita un espacio, y sobre todo está ligado al tema de la seguridad, la seguridad de que un vehículo automotor no golpee a los ciclistas. ¿Pero en la realidad que ocurre? Los ciclistas que andan en Barinas, Yaracuy, que no son estos ciclistas urbanos que estamos viendo aquí (no tienen nada que ver), tienen 40-50 años moviéndose en bicicleta, no sólo dentro de las ciudades sino también transporte rural, la gente se mueve en bicicletas y no tiene ni un centímetro de ciclovía, ni condiciones especiales. Habría que mirar la tasa de accidentes pero no debe ser muy importante porque no se refleja en la prensa (normalmente cuando algo es notable, importante aparece en los periódicos).
En el caso de las ciudades hay una discusión pero yo creo que es una falsa discusión si se necesita o no se necesita de un espacio especial. En condiciones ideales pudiera decirse que sí, pero no quiere decir que si no hay ciclovías no se pueda andar en bicicleta. Según las estadísticas en el mundo hay 800 millones de bicicletas, bastantes. Vemos ciudades chinas, ciudades europeas donde hay muchísimo transporte en bicicleta. Me preguntaba: ¿fue que los alcaldes de de esas ciudades comenzaron con una política de impulso a la bicicleta o fue que la gente comenzó a usar la bicicleta?, ¿o ambas, o nunca dejó de usarse? Porque también tenemos una historia en las guerras mundiales en las cuales andar con vehículo motorizado era sumamente difícil, muy costoso por los combustibles, y la bicicleta tomó un lugar muy importante que en algunos lugares nunca desapareció. Tenemos el caso de Ámsterdam que es emblemático, pero en otras ciudades europeas vemos que cada día hay más bicicletas, y cuando el clima lo permite, ya que hay nevadas, la gente usa la bicicleta, les gusta usarla, pero son países con toda una tradición de caminar, muy grande, la gente se desplaza caminando.
Ese modelo a seguir de ciudad americana no solamente implica desplazamientos largos, sino implica dependencia del vehículo automotor. El gran eslogan del vehículo automotor es: trae libertad. Cuál libertad tenemos con el automóvil, a lo mejor para movernos en las grandes distancias, pero lo que trae es una gran imposibilidad de movernos con nuestras piernas.
Yo quisiera saber: ¿cuánto recorre la gente cuando va a un centro comercial? Y sin embargo salen a la calle y son incapaces de caminar una cuadra, dos cuadras. ¿Hasta qué punto la libertad del automóvil nos tiene presos?
En este trabajo que creo hemos estado haciendo hace, por lo menos, 20 años, me he imaginado un espacio para el transporte público. Cualquiera que pase un curso de la USB, va a oír a los profesores dándole una preponderancia al transporte público por encima del vehículo privado. Esa es, creo, es una militancia que tenemos los profesores de la USB.
El espacio para las bicicletas va de la mano, primero, de la recuperación del espacio público, sobre lo cual hay que trabajar muchísimo, y en ese sentido me gusta mucho las actividades que está haciendo Ser Urbano. Espacio para el peatón, fíjense que la última encuesta de movilidad que se hizo en Caracas, el porcentaje de viajes a pie aumentó a 18%, sin tener las condiciones.
Me parece que eso va junto: rescate del espacio público, espacio para bicicletas, espacio para peatones y medidas prioritarias para el transporte público.
Para finalizar, me pregunto y le pregunto a ustedes: ¿es que tenemos que esperar que un alcalde, un gobernador o un ministro, un concejal o un diputado o el presidente nos diga: Vamos a trabajar por las bicicletas, vamos a darles espacio, para nosotros buscar un espacio para caminar, para andar en bicicleta? ¿Tenemos que esperar que otro lo haga por nosotros? Creo que ese no es el camino. Quizás, creo, en ese sentido hay que ser un poco subversivo, si se quiere. Vamos a buscar nuestros espacios para caminar, para andar en bicicletas, y vamos a hacernos valer. Cualquier actividad que se haga en ese sentido es importante. Estas pequeñas actividades se van sumando y van creando movimientos. Sigamos adelante con esto, es importante.
Nelson de Freitas / El rechazo a lo público
Primero que todo creo que no hay nada más representativo de Caracas que este café. Si vamos a hablar de ciudad, de bicicletas en Caracas, creo que es vital hacerlo en la ciudad, alejándonos lo más que podamos de los salones con aire acondicionado, de esos espacios que nos aíslan. Quiero agradecer la invitación a estas tertulias porque son cosas importantes. No he conocido otras tertulias en torno a las bicicletas en la ciudad por tanto mi agradecimiento a la creatividad y al esfuerzo que han realizado para llevar a cabo esto.
Es la última tertulia, eso puede ser un reto pero también es sumamente ventajoso porque nos da una mirada panorámica de todas las tertulias que se han llevado a cabo y de lo que se ha discutido de la bicicleta y la ciudad. Lo que me enamoró de estos encuentros no fue sólo la bicicleta sino también las otras dos partes. Soy un vicioso del café, me encanta, y además otro gran amor es la ciudad, cualquier evento, cualquier actividad que realizo ya sea individualmente o en grupo trato siempre de vincularla con la ciudad, con Caracas.
No quisiera resaltar solamente la bicicleta en la ciudad sino también la peatonalidad en Caracas. Quisiera mostrarles una fotografía que usamos para uno de los eventos urbanos que hemos llevado a cabo desde Una Sampablera por Caracas y para mí es un ejemplo paradigmático de lo que es Caracas y sus habitantes. Está la calle, la calle es el ejemplo perfecto de lo que es lo urbano, de lo que es lo público. Y estos pies, así de puntas, nos dan una sensación de que así somos la mayoría de los habitantes de Caracas, tenemos una sensación si se quiere de inseguridad, de temor o de asco con tan solo rozar o tocar la calle, con tan solo caminar o pedalear por Caracas.
Este ha sido el leitmotiv de Una Sampablera por Caracas, tratar de enfrentar esta Caracas que rechaza todo lo público, que tiene un cierto temor, para bien o para mal, con razones o no, a pisar la calle, a caminarla.
El otro ejemplo que hemos usado en los encuentros que hemos realizado es un poema de Kira Kariaki, que lo hizo hace dos meses en uno de los encuentros, se los quisiera leer rápidamente, se llama Ciudad.
Le duelen los ojos,
están hinchados de cansancio,
de hastío,
de abulia.
Se da una ducha caliente,
pero no tiene escape.
Le retumba la ciudad en la cabeza.
Lleva su olor en el cabello y la ropa:
esmog, fritangas callejeras.
Es demasiado intensa la calle,
ya no la quiere para sus sentidos.
Es oscura para su vista.
Insoportable su olor.
Su gusto amargo a veces.
Estridentes sus estertores.
Difícil,
áspera al tacto.
No la quiere.
Necesita del calor uterino de su casa.
Arroparse con las cobijas de su cama
y de tu cuerpo
Sumergirme cual lugar común en tu mirada,
disolverme a tu tacto,
quebrarme,
partirme en dos contigo.
Este poema ha sido representativo de todo lo que hemos presentado en nuestros encuentros donde han asistido filósofos, urbanistas, arquitectos, sociólogos, psicólogos y poetas. Y se han llegado a varias conclusiones, una de ellas es que todos los caraqueños queremos huir del espacio urbano, huir de la ciudad y refugiarnos en la comodidad, y en ocasiones en la patética comodidad, de nuestras casas.
¿Hasta que punto la calle, en Caracas, es demasiado intensa para nosotros? Creo que esa percepción nos ha ido entorpeciendo para la vida pública. La calle siempre ha sido la calle, siempre va a ser dinámica, siempre va a tener ruidos, olores, para bien o para mal. Lo que pasa es que nosotros, tal vez, tenemos demasiado tiempo enrrejados en nuestras casas, encerrados en nuestros trabajos, ocultos en nuestros carros o ocultos en los centros comerciales. Nos hemos desacostumbrado demasiado a la vida en público.
A Una Sampablera por Caracas no le interesa tanto mirar la bicicleta como un medio de transporte para la ciudad, que lo es. Tampoco le interesa ver a la bicicleta como un medio de terapia frente al estrés de la ciudad o de nuestros problemas personales, que también lo es. Tampoco le interesa ver la experiencia feliz que se siente al manejar una bicicleta, que también lo es. Todos esos asuntos los vemos como asuntos un poco personales. Lo que le interesa ver es lo fundamentalmente público, lo fundamentalmente urbano que es la bicicleta. Lo que quiere ver Una Sampablera por Caracas es que a pesar de que la bicicleta no sea una solución como medio de transporte hay un algo más que no es tan personal en la bicicleta, que es algo sumamente público, que hemos encontrado en los últimos tres meses: a través del enamoramiento que puede producir la bicicleta se puede lograr un enamoramiento con la ciudad, podemos enfrentar esa visión extremista, fatalista de la ciudad. No digo a través de grandes políticas públicas, ni de ciclovías, simplemente tomar una bicicleta y rodar por la ciudad ya es un beneficio enteramente urbano para Caracas.
Por qué, por ejemplo, los muchachos que llegaron ahora en bicicleta, estoy seguro que las palabras que escuchan o podamos discutir aquí van a tener en ellos unas texturas, unos sabores diferentes a los otros que hemos llegado en Metro o en carro. Y eso hace encontrarse, o desencontrarse con la ciudad, pero es una experiencia preciosa en todo sentido que no lo vamos a tener los que vinimos en carro o hacinados en el Metro.
Es por eso que desde Una Sampablera por Caracas queremos reivindicar la bicicleta como un medio y un fin para enamorarse de Caracas, para darle texturas y sabores a la ciudad.
Uno de los eventos que tenemos planificados desde Una Sampablera por Caracas a partir de agosto es hacer recorridos en bicicleta, uno por mes hasta finalizar el año. Partiendo de un lugar equis, ir a desayunar a un lugar representativo de la ciudad, pero haciendo una parada en un punto medio: un lugar histórico o cultural de la ciudad donde nos puedan ofrecer una breve charla, y luego seguir y desayunar en otro punto. El primero que tenemos planteado es salir de El Gran Café y tener como punto medio La Estancia, esa hacienda cafetalera, y de allí ir a desayunar en una lugar emblemático o hacer un picnic en una plaza como los que hace Ser Urbano. También tenemos previsto el Museo del Transporte, la casa Mendoza, en la esquina de Veroes, o la casa de la Fundación Bigott en la plaza de Petare.
Cheo Carvajal / Algunas reflexiones sobre lo público
Lo público termina siendo un espacio remedial donde acuden quienes no tienen otro espacio para cubrir algunas necesidades. Por ejemplo, necesidad de recreación. Sabemos que a mucha gente como ya le huele un poco feo la calle termina yéndose a clubes, a centros comerciales, pagando para recrearse y no apelar al espacio público. Igual con el transporte: como es un caos, te atracan, lo que tengo que aspirar es a comprarme un carro para moverme, y resuelvo privadamente lo que debería ser un asunto público. Igual el tema de la educación, de la salud, de la seguridad.
Un poco sobre lo que hemos tratado de llamar la atención desde Caracas a Pie es como podemos romper esa idea de que lo publico es lo residual.
Cuando se habla un poco de esas acciones que hace Ser Urbano cotidianamente, como salir a comer a la calle, digo que es maravilloso, pero eso es una propuesta para cierto grupo social porque en la calle come muchísima gente todos los días, hace su picnic todos los días, sale a almorzar malamente porque no hay las condiciones para salir del trabajo y comer en una plaza o un parque cercano.
Cuando hablamos de una huida de lo público, del espacio público, eso está muy asociado a una clase social que le tiene miedo a la calle, porque la calle, como bien ven, está llena de gente, no está vacía. Basta que uno salga para darse cuenta de ello todo los días. Porque la ciudad se construye allí y no escondido tras rejas o en los espacios climatizados del centro comercial.
Otra reflexión tiene que ver con la idea de lo alternativo. Siempre que se le endilga a algo ese calificativo es para minimizarlo. Y cuando se habla de la caminata o de la bicicleta como “una movilidad alternativa” y no como “una alternativa de movilidad” empiezo a sospechar, porque resulta que moverse en carro también es un modo alternativo, que además está demostrando que fracasó, pero es una alternativa más. Creo que es importante sacar del discurso eso de que esta es una cosa “alternativa”. Lo alternativo es siempre como de poca gente, un apéndice, una cosa extraña que anda por allí y que puede tener ciertas bondades que no tiene lo otro.
Alguna vez consulté con Rosa Virginia cómo aparecía la bicicleta en las investigaciones, si tenía esa categoría de “estadísticamente despreciable”, que no entra en la torta porque es tan pequeño que termina siendo despreciable. Probablemente el hecho de seguirlo considerando estadísticamente despreciable termine confinándolo al cajón de lo alternativo, como algo que no va a surgir nunca, cuando desde la investigación misma debería comenzar a hablarse ya de ese número despreciable, estudiarlo en detalle y ver cuál es su porcentaje. Meterlo en la torta aunque sea un 0,001% porque esa es una manera de investigar y actuar al mismo tiempo.
Daniel Ramírez / Acabar con la división este-oeste
Con respecto al miedo a lo público, quiero contar una anécdota. Un amigo que vive en el edificio de Los Palos Grandes frente al cual quedó la pinta de Ciclo Guerrilla nos comentó que al día siguiente se reunió toda la gente del edifico y estaban muertos de miedo diciendo que iba a venir la guerrilla a matarlos, que habían firmado frente a su edificio, que iban a invadir y los iban a matar a todos. Llamaron a Poli Chacao, le tomaron fotos a toda la ciclovía. El amigo nuestro explicó que era un grupo de ciclistas que están haciendo una ciclovía como protesta, nadie entendió y se quedaron con su miedo.
Creo que además de tomar la calle, salir a los espacios públicos, andar en bicicleta, creo que la misión más grande que tenemos los caraqueños es volver a unirnos, conseguir esa cohesión social que no tenemos. Sigo creyendo, y lo creo no porque me lo han dicho o porque soy un resentido social, sino porque lo he visto: Caracas sigue siendo este y oeste, y estamos separados en eso. Una de las cosas que tenemos que hacer al salir a la calle es perderle el miedo al otro.
Armando Rivera / Expulsarte del espacio público
Soy miembro de Ciclovía CCS y quería contar que alguien me preguntó sorprendido que cómo hice para que me invitaran a participar en un evento tan de primer mundo y salir en el periódico. Le contesté que no sólo me invitaron, que yo también lo había organizado y que si a él le parecía tan de primer mundo era porque estábamos haciendo cosas de primer mundo. Me siento muy orgulloso de todo lo que ha pasado en este evento y siempre lo recordaré y lo tendré en mi corazón.
También quiero comentarles que ayer un grupo decidimos ir al mirador de Santa Fe, fue una buena pedaleada. Cuando llegamos nos sentamos y escuchamos unas sirenas, luces rojas y azules y es la policía que te está sacando porque son las 10:40, porque allí no se puede estar a esa hora de la noche porque está prohibido, a alguien se le ocurrió hacer una ordenanza para sacarte del espacio público, ¡qué tal! Les decimos que acabamos de llegar y que nos den 5 minutos. Nos ponemos a hablar con las personas, a discutirles eso, argumentando que eso era un espacio público y que no nos podían sacar de la acera de ese paseo, pero como hay un letrero pegado, que nadie se cuestiona, y dice que está cerrado después de las 10:30, el policía nos dice que nos saca porque él recibe órdenes.
Alguien del grupo le dijo que no podía argumentar eso porque eso es una orden ilegal ya que la calle es pública. El policía insistió y al final abandonamos el lugar porque no era momento para confrontar, o decirle que la calle es pública y que teníamos derecho de estar allí a pesar de que no los quitaran. Fue nuestra forma de confrontación.
Manuel
Es importante que de aquí salga un compromiso como grupo, que empecemos a hacer rutas urbanas como una forma de promocionar el uso de la bicicleta por la ciudad. Tenemos que sumar más gente, activar más bicicletas. Esto tiene que seguir, ser un punto de partida para el trabajo que viene que es el de verdad.
Cheo Carvajal
Quería preguntar a Rosa Virginia, como experta en transporte público, qué posibilidades ve ella en Caracas de un servicio de bicicletas públicas, como se ha dado en otras ciudades, y que Federico Vegas planteó en la tertulia anterior.
Rosa Virginia Ocaña
Creo que hay dos cuestiones a revisar. Uno: si es apropiado o no, si aplica o no aplica, y segundo: quién lo haría. Vamos al tema de Caracas y como la ciudad fue dividida en cinco pedazos donde, por supuesto, cada uno de los pedazos tiene una autoridad que tal vez ni se comunican entre ellas. Y encima de estas cinco autoridades existe una pseudo autoridad, porque en realidad no tiene mucha autoridad (no hay manera de que la tenga). Entonces, quién lo haría es el tema difícil, más de si es o no apropiado.
Hay especialistas en materia de transporte que dicen que es imposible que en Caracas se pueda usar la bicicleta. Ustedes dieron hoy una demostración que si es posible usar la bicicleta. Por supuesto que existen algunas rutas difíciles por la misma geografía, habría que ser muy joven, muy atlético u osado para poder andar, pero Caracas tiene unos grandes valles en los cuales es posible andar en bicicleta, y hay gente que lo hace, es poca cantidad pero se hace. Una vez más llegamos a ese grandísimo problema: es legal, pero en la práctica tiene efectos perversos.
El ejemplo de la ciudad de París me parece muy interesante. París tienen un alcalde metropolitano muy osado que decidió crear una cantidad de carriles de uso exclusivo para el transporte público, pero no quedó allí, también está creando una cantidad de ciclovías, pero donde no hay ciclovías las bicicletas pueden usar los carriles que son para transporte público. Lo otro fue crear este sistema de bicicletas públicas, que es excelente, que ya se está implementando en todas las grandes ciudades europeas.
A pesar de esos especialistas que dicen que en Caracas no se puede usar bicicleta, yo creo que sí se puede. Quién lo implementaría, habría que ver quien es el más osado que se atreve a hacer una cosa así. Por supuesto: hacerlo en uno de los municipios sin tener comunicación con los otros no tendría sentido.
José Orozco
Se comentó algo en una tertulia previa sobre una plataforma de acciones públicas, no sé si eso esté relacionado con crear una coalición urbana porque en estas tertulias se han reunido una serie de grupos y urbanistas y esto no ocurre mucho y es una oportunidad para conocernos y colaborar e ir poco a poco de manera informal, relajada empezando a hacer cosas en conjunto.
Una de esas acciones públicas debería ser el parking day, que lo hizo Ser Urbano en septiembre pasado que es un evento que se hace como en cien ciudades del mundo y que consiste en que, en vez de parquear un carro haces en ese lugar un parque. Agarras puestos de estacionamiento de la calle que están libres y metes allí grama, arbolitos, banquitos creando como un espacio público. Nos quedan tres meses para ir organizando esto y que no sea un evento únicamente de Ser Urbano sino de la plataforma, de la coalición.
Bela Kunckel
Una de las cosas que puede hacer que esto se convierta en algo viral y que pique y se extienda y que la gente empiece a entender que se puedo lograr, es que las acciones se empiecen a documentar, que se recojan y se empiecen a proyectar. Esa proyección de lo que el espacio urbano pudiera ser es una cosa de la que adolece el habitante de la ciudad de Caracas. Cuando se habla de visión de la ciudad nunca se presenta esa visión siempre son palabras y no son imágenes, no son cosas de las que la gente se pueda enamorar. Una de las cosas que hace Ser Urbano es que crea imágenes distintas de ciudad que permiten vislumbrar una ciudad distinta a las cosas que estás viviendo, y esas imágenes son muy potentes para comunicar, diferente a las palabras, porque estoy convencido que cada vez lee menos gente, somos más bien de titulares e imágenes.
Nelson de Freitas
Retomé la bicicleta hace como tres meses y ha sido una experiencia muy grata, pero también extraña porque inmediatamente saltan los prejuicios por todos lados. Mi hermano bromea con sus amigos que le comentan que ellos hacen deportes extremos diciéndoles que su hermano, yo, pedaleo por la ciudad y todos se quedan locos, y hablan de los peligros que eso implica. Hay que vencer estos prejuicios porque si bien Caracas no es una ciudad fácil. también está llena de muchos prejuicios que se deben enfrentar.
Quiero mostrarles una caricatura de Mafalda, que dice: “He decidido enfrentar la realidad, cuando se ponga bella me avisan”. Y muchos de los caraqueños piensan eso, cuando Caracas sea transitable, cuando tenga una ciclovía, cuando sea una ciudad de primer mundo, entonces sí vamos a caminar y a salir en bicicleta.
Y les reitero la invitación a los encuentros que realiza Una Sampablera por Caracas cada vez con distintos especialistas y pensadores. El próximo será en la Facultad de Arquitectura de la UCV, luego en el Centro Cultural Chacao, después en la librería Khalatos. Decidimos anteceder esos encuentros con una solicitud de recibir a los ciclistas e iniciar conversaciones para un estacionamiento de bicicletas en estos sitios. Lo peor es no intentarlo.