sábado, 21 de mayo de 2011

+Café+Bici+Ciudad, tertulia Café Noisette












Publicado en El Nacional el domingo 22 de mayo /CCS A PIE 134

El pasado sábado 14 de mayo se realizó la primera de una serie de cuatro tertulias que organiza Caracas a pie. He aquí la transcripción de la conversa.


Guillermo Barrios / Una forma de subvertir un modelo

—Los dispositivos de movilización que hemos utilizado en Caracas, con todas sus implicaciones, resultan a la vista un gran fracaso. Estos usos, como el café, que actividades como estas tratan de poner en red, pues participan de una idea de un nuevo transitar por la ciudad, constituyen obstrucciones y problemas, en una ciudad que no está preparada para ello. Cuando pensamos en la Noisette, lo primero que pensamos es: no hay donde estacionar”, y no pensamos que qué bueno que la Noisette estimula que caminemos. Muchas veces en otros países en los que la estrategia es que gente por otros medios que no sea el carro, ponen los estacionamientos más lejos aún, para precisamente estimular que la gente camine a sus diferentes destinos.

—Me parece importante que este lugar sea de encuentro de gente que está preocupada por el mismo tema. Me gusta ver nuevas caras que se incorporan a esta cruzada, que en este momento están Juancho y Cheo liderando con una propuesta concreta de más café, más bici, más ciudad. Yo creo que esta ciudad acusa unos niveles de deterioro muy grande, no sólo físico, sino también en cuanto a lo social, la calidad de vida de la gente. Esta ciudad ha quedado para funcionar de día, a la luz del día, porque la noche la hemos entregado a la oscuridad, a la soledad, a la inseguridad, que la superación de estos factores han determinado una palabra clave: la civilidad. Cuando vamos de vuelta y observamos que esos factores han vuelto a instalarse, como característicos de una ciudad problemática.

—La cruzada que proponen Cheo y Juancho es justamente: que al menos utilicemos la ciudad de día de forma creativa, que la caminemos, que andemos en bici. Las ciudades que han alcanzado una mayor calidad de vida de sus habitantes no son aquellas que han incorporado necesariamente nuevas tecnologías, sino aquellas que han sabido recuperar tecnologías clásicas, como la bicicleta, para reinventarse y avanzar. Es un signo de avance que estemos regresando a la bicicleta. en algunas ciudades. 

—Bogotá, hace cuatro años, ganó el León de Oro de la muestra de la Bienal de Venecia, por encima de todos los proyectos de arquitectura y de ciudad de todo el mundo, por su reinvención como ciudad. Eso era impensable para quienes la conocimos hace 10 o 12 años. Tan sólo 10 o 12 años, un período en que se pueden realizar grandes transformaciones. Planalto vio surgir, de la nada, entre 1955 y 1960 a Brasilia. En el caso de Bogotá, uno de los factores centrales del plan fue abrir ciclovías, espacios para que la gente circule en bicicleta. No sólo espacio físico, sino de tiempo. La alcaldía de Bogotá reserva los “miércoles de ciclovía” y han avanzado ahora a tener miércoles y sábados para estimular el uso de la bicicleta.

—Aquí no se trata de desafiar a los conductores incultos que no están familiarizados ni son partícipes de esta nueva mentalidad, sino a las autoridades, que no contribuyen con esta idea, no es parte de su programa. Este es un desafío. Ustedes, que salen en bici, están desafiando un orden, en cierta forma son “subversivos” en Caracas. Pero no en Copenhagen, no en Londres, donde hay 300 kilómetros de autopistas para bicicletas, porque han entendido que esta vuelta a la bicicleta son un empuje hacia el futuro.

—Si Caracas pudiese recuperar la noche a corto plazo, que implicaría un plan eléctrico bien pensado, hecho con conocimiento, que sólo puede generar el Estado, al igual que la seguridad que no la puede proveer el ciudadano.

 

José Orozco / La calle es nuestro hogar público
—Yo pertenezco a Ser Urbano, un colectivo que organiza periódicamente peleas de almohadas, guerras de burbujas, ulaula, los martes en la noche hacemos picnics urbanos. En muchas ciudades del mundo esto no sería nada especial, pero en Caracas, y más de noche, sí lo es, llama la atención de la gente porque es inusual.

—Cuando se habla en los medios o los políticos de espacio público suele significar como que hay que poner bonitos los espacios, recuperar los ladrillos sueltos, lo que se ha deteriorado. Pero la ciudad no es un ladrillo, sino todos somos nosotros, es carne y hueso. Eso es lo que Ser Urbano trata de recuperar. Hoy en día hay mucha desconfianza y miedo hacia el otro, al que viene de frente por la acera, y la gente ha dejado de salir. Hay muchas razones por las que Caracas se encuentra en su situación actual. El carro está relacionado con la problemática del petróleo, que es una maldición.

—Aparte de la inseguridad el carro es el enemigo número uno de la vida pública. Un carro es totalmente antipúblico. Contribuye a la contaminación del aire, que nos enferma, que mata gente. Eso no quiere decir que quien maneja sea una mala persona. Todos los que caminamos un poco podemos ver el estrés que produce el correteo en Caracas. Está comprobado que el ruido nos aumenta la tensión. Es un tema de salud pública y los medios pocas veces lo tocan. En Caracas se acostumbra mucho que los carros vayan con sus vidrios ahumados. Es muy difícil que cuando un carro te roba una acera o un rayado reclamarle a ese conciudadano, que está detrás de un vidrio ahumado que no puedes ver. Ahí hay una máquina, con algo dentro, y uno no puede abordar ese algo porque no se puede ver. Uno en la calle tiene el derecho a reclamarle a un conciudadano algo que nos parezca un abuso, pero no lo podemos hacer porque no lo podemos ver. Si uno compara el espacio que se destina en Caracas al carro, en comparación con el que se destina al peatón, es una desproporción total, un abuso.

—Una minoría de personas se apropian de la mayoría del espacio público, pero hay un estudio en Norteamérica se hizo un estudio en tres cuadras de similar configuración, cuya diferencia era el nivel de tráfico automotor, una alto, otra medio, y otra bajo(ver www.streetfilms.org). Ese estudio decía que en promedio, en la cuadra con poco tráfico la gente se relacionaba con sus vecinos, un residente de esa calle tenía en promedio tres vecinos que consideraba sus amigos. En la cuadra con mucho tráfico ese promedio bajaba a 0,9 amigos. Se limita mucho el espacio social de la gente.

—La Alcaldía de Chacao tiene un discurso como muy progresista, les encanta invitar a los ex alcaldes de Bogotá, como si estuvieran cargando con la antorcha del cambio que se hizo allá, y claro, en Chacao se remodeló la plaza Bolívar, se hizo la nueva plaza de Los Palos Grandes, se ampliaron las aceras de la avenida Francisco de Miranda, y  subiendo y bajando entre el Sambil y el San Ignacio. Son proyectos importantes, que en esta país es difícil encontrarlos. Son pequeños oasis, bonitos, gratos, dignos del peatón, pero yo calculo de manera nada científica, que al menos el 50% de esas aceras no son dignas para el peatón. Yo me molesto porque el discurso lo compra la gente. Hay gente que compara Chacao con Libertador, por ejemplo, pero son realidades completamente distintas. Chacao es pequeñito y tiene muchísimo dinero. Además, tú no puedes ir por la vida comparándote con lo peor. Si tienes un discurso tan Copenhagen, debes compararte con Copenhagen. En Chacao igual encuentras muchos carros parados en las aceras o en los rayados. Y la policía de circulación, su orientación no es preocuparse del peatón.

—A mí me preocupa la vida que se hace en la calle, a pesar de que es de carne y hueso, también depende de la existencia de espacios dignos, gratos, porque a la gente no le gusta ir a espacios que están muy deteriorados. Ser Urbano, por su concepción de la vida en la calle se distingue de muchos grupos porque hay mucha gente que se queja de la inseguridad, gente que piensa que lo máximo es una ciudad como San Francisco, en la que se aplica desde hace poco una ordenanza que prohíbe que la gente se siente o acueste en la acera. A las autoridades allá les incomoda las concentraciones, sobre todo de gente joven, pues siempre piensan que va a pasar algo terrible. Igual de latinos, negros o gente pobre.

—Para nosotros la calle es nuestro hogar público. Uno de los fundamentos de nuestro grupo es que no somos una ong, una corporación, somos un grupo de amigos. Muchos eventos de las alcaldías tratan de inculcarnos una idea de “cultura ciudadana” que a mí realmente no me interesa, en la que la gente termina identificándose con un municipio, una estructura, pero no con su gente. Eso no es la ciudad. La vida pública de verdad la hace la gente, que sale, saluda, aborda al otro. Nosotros humildemente nos juntamos, compartimos lo que llevamos para comer, ahí no estamos ofreciendo un concierto para vender teléfonos LG, como sucede en la plaza Alfredo Sadel, que está totalmente privatizada, o vendiendo un proyecto político como se hace en buena parte de Caracas. El espacio público lo abusan de mil maneras. A ese carro (estacionado sobre la acera) no le basta el 75% que ocupa de las vías, sino que además se quiere agarrar la otra parte. Las corporaciones, los medios, la politiquería, termina quitándonos el espacio público. En la espacio público hay una guerra entre conductores y peatones. Y yo tengo una posición extrema, que el peatón tiene siempre luz verde, que no tiene que parar nunca.

Ronda de comentarios

Daniel: La cohesión social que existe en Caracas, va más allá de la ideología política, que tiene más de 30 o 40 años cocinándose. Caracas todavía está dividida en este y oeste. Hasta la movida cultural juvenil caraqueña tiene dos movidas, la del este y la del oeste. ¿Cuántos de ustedes han oído hablar del Festival Skaricuao? Toda esta movida está muy separada. En eso tenemos que montarnos como ciudadanos, como colectivos. Por eso aplaudo la iniciativa de Ser Urbano, de utilizar el espacio público para reunirnos como sociedad, sin importar si eres de La Lagunita o de La Candelaria, todos somos caraqueños, somos una misma ciudad. Las autoridades son iguales en todas partes: en Chacao, con Por el medio de la calle, a las 10 de la noche ¡Poli Chacao te está botando de la calle! ¿Cómo me vas a botar de la calle? Ponle tú que me bote de la plaza, ¡¡¡¿¿¿pero de la calle??!!! ¡¡¿A dónde pretenden que me vaya, a mi casa?!! En el mercadito de diseño en la Alfredo Sadel Poli Baruta nos dijo: “esto ya se acabó, váyanse para su casa, esto es inseguro, aquí roban, aquí secuestran gente”. Y yo les dije, “¿y ustedes no son policías, de qué es esa placa que tienes ahí?” Yo creo que hay que hacernos valer, reclamar nuestros derechos.

Guillermo: lo más interesante de esta tertulia son las reacciones de ustedes, como reverbera la realidad. Esa paradójica respuesta de la policía que te pide que abandones el espacio público porque es inseguro. Me doy cuenta que esto comienza a formar parte de la fibra anti-pública de la ciudad, que todo confabula para que la ciudad al final sea un reducto de cajas donde nos metemos al final del día, e inclusive hay gente que no sale porque se queda enchufada a VTV o Globovisión, y esa es su experiencia de vida pública. A esa solicitud que pasaron por aquí, de petición a La Estancia de abrir espacio para las bicicletas, yo le sumaría otra: ¿Por qué La Estancia tiene un muro contra la ciudad, por qué no es transparente? ¿Por qué tiene que haber una separación tan flagrante entre el espacio público y el espacio privado? ¿Por qué no se dona a la ciudad una acera más amplia? Desde la facultad (FAU/UCV) podríamos aportar ideas para una cerca más digna, que se puedan apreciar desde afuera los espacios verdes, que estén bien iluminados, incorporándose así al espacio urbano. Es lo mismo que hacemos el resto de los ciudadanos, que montamos inmensos muros apenas podemos. Nosotros los arquitectos fuimos formados como unos “solucionadores”, con una visión “solucionista” de los problemas. Pero debemos inocularnos en nuestras conciencias la idea de que las soluciones de la ciudad son a largo plazo. Como lo que dicen los chefs de la cocina: todo lo que se cocina a fuego muy duro se arrebata. Tratar de solucionar las cosas a corto plazo siempre me generan reservas. Las cosas que se van a solucionarse bien, hay que darles tiempo, planificación. La transformación de Bogotá no se hizo en realidad en cinco años, sino que fue un asunto de décadas de esto que estamos haciendo hoy acá. Hace apenas siete años vino un grupo de promotores de Medellín buscando datos a Caracas, porque para ellos siempre nuestra ciudad fue una lección. Y nos dijeron que las normativas de los espacios públicos de Caracas son normativas de la prohibición. En el caso del metro de Medellín lo que se promovía era lo que se podía hacer, pero ninguna decía no, como por ejemplo: “consume tus alimentos antes de ingresar al sistema metro”.

Cheo: la condición del “fuego lento” de la planificación a largo plazo es que ese fuego debe estar encendido desde ya, con actividades y aportes como éste, porque de nada sirve pensar en el largo plazo si cada día no suceden cosas que apunten a ese objetivo final. Es un asunto de comunicación-acción.

Béla: Es bueno que haya muchos grupos diferentes, que van revelando diferentes visiones de la ciudad, creando diferentes realidades. A mí me gusta hablar no sólo de la Caracas del este y del oeste, sino la de norte, del sur, del noroeste, y que esos grupos se vayan multiplicando. No hay una visión única, esa que a los planificadores del encanta, de “encontrar la solución”. Los movimientos pro bicicletas son importantes. Cuando en Bogotá se habló por primera vez de bicicletas la gente se rió, pero la presión vino de quienes ya la estaban usando. Mockus, cuando llegó a la alcaldía, dijo que se iría al trabajo en bicicleta, y los policías decían que no, que era peligroso, que lo iban a matar, y él terminó su gestión yendo en bicicleta, y no le pasó nada. Y dio el ejemplo, cambió el paradigma. Pero la presión vino de abajo. Si hoy en día uno habla en los estratos de planificadores con soluciones alternativas, siempre se sonríen. Aquí todavía no ha llegado el momento para que la presión desde abajo haga ver que llegó el momento. Si la política y la planificación entiende que su rol es crear oportunidades, y no soluciones únicas, empieza a cambiar totalmente tu forma de actuar en la ciudad.

José Orozco: Los espacios públicos son espacios de conflicto, pero entre la gente y sus autoridades. Lo bueno es que no conocen las ordenanzas. Sus argumentos son risibles, absurdos, y es muy fácil rebatirles sus “argumentos”, pero claro, ellos son los que tienen el control, las armas. El trabajo de las alcaldías es hacer las plazas, mantenerlas, el nuestro es hacer allí la vida pública. Puede haber reglas, pero con nosotros también haciendo las reglas. Quienes se mueven en una Explorer blindada, con vidrios ahumados, por supuesto no saben nada de espacio público y de vida pública. Pero no podemos dejar de soñar, si bien la ciudad es un espacio complejo, donde están los grandes temas de movilidad, ordenanzas, proyectos, transformaciones grandes, al final la ciudad es también los intangibles que uno crea. La calle ha de servir para crear comunidades, con conversaciones que duran cinco minutos. Eso es el espacio público, para eso sirve.

viernes, 13 de mayo de 2011

Mañana a las 10:00 am arrancamos con las tertulias en Café Noisette (av. Ppal de La Carlota, con Guillermo Barrios, decano de la FAU-UCV y José Orozco, de Ser Urbano); le sigue el sábado 21 el Caffé Piú, a las 11:00 am (Colinas de Bello Monte, con Béla Kunckel, arquitecto prof. de la FAU-UCV y Armando Rivera, de Ciclovía Caracas); luego el sábado 28 también a las 11:00 am en Entrepanes (Los Palos Grandes, con Federico Vegas, arquitecto-escritor y Manuel Valera y Daniel Ramírez, de CicloGuerrilla Urbana); y cerraremos el sábado 4 de junio en Un grito en El Silencio a las 11:00 am (Plaza O'Leary, con Rosa Virginia Ocaña, economista y especialista en transporte urbano, con Nelson de Freitas, de Una sampablera por Caracas)... la idea es tratar de no ir en carro... si vas en bici, mejor.